A lo largo del tiempo, el cabello ha estado asociado a significados totalmente contrarios. Es un símbolo de erotismo, pero también de muerte; es medio de represión y liberación, objeto de vanidad y violencia. Seduce tanto como repugna. El cabello representa nuestra relación con lo primitivo, con lo animal, pero también es motivo de sofisticación y frivolidad. Es una extensión de nosotros que no forma parte de nosotros.
Más que un ensayo, este libro es un gabinete de curiosidades o, como su autora prefiere catalogarlo, un relicario. Mezclando el rigor de la investigación con la más desenfadada experimentación, Margo Glantz explora la relación del cabello con la literatura, el cine, la música y otras manifestaciones culturales. También teje una trenza de textos e imágenes que le permite poner a dialogar a la Biblia con las revistas de moda, a Hemingway con King Kong, a Casanova con Sansón, a Robinson Crusoe con los hippies.