La muñeca del arcoíris es la primera reunión total de cuentos de Edgar Escobedo Quijano; uno de los narradores más extraños que conozco. Su literatura, personalísima, nada tiene que ver con lo que sus colegas hacen y han hecho en otros tiempos. Sus historias, situaciones y personajes están inmersos en lo onírico, en lo surreal, en lo estrambótico. Sospecho que esta peculiar manera de contar es lo que ha impedido que especialistas de nuestro país se acerquen a su obra, ya que no ha recibido la atención debida de la crítica mexicana. Pero reseñistas de Europa (“nos preparamos para un joven hallazgo en la literatura, el de E.E.Q.”, Le Monde) coinciden en que es un autor sui generis. Si uno se mete de lleno en los cuentos y relatos, encuentra que todo ese aparente caos guarda un orden, marcado por sus propias reglas: es una verdadera sinfonía de delirios. Uno de ellos refiere que un tipo solitario, joven, “hace el amor” con su almohada y al tiempo la embaraza, nace una almohadita y la madre muere, así que el “papá” debe arreglárselas con su hija. En otro, un espantapájaros decide volverse humano y tras mil aventuras descubre que es protagonista de un cuento, conoce a la sensual mujer del autor, se involucra con ella y, al final, aparece el escritor que al mismo tiempo es personaje de su historia. En otro, el que da título a este libro, hay una mezcolanza terrible de ángeles y demonios, vegetales, animales y elementos de la fantasía y la naturaleza que emergen de un arcoíris vaginal y conforman líos alucinantes. Los menciono como botón de muestra, pero el lector encontrará este tipo de relatos tan alejados de nuestra compleja realidad.
Ignacio Trejo Fuentes
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
