Un día Luciano escuchó que para que las plantas nacieran, primero debía sembrarse una semilla. Su entusiasmo lo lleva a plantar objetos que le gustaban a su familia y a su casa. Pero nada. Cuando su abuelo fue a visitarlo, le reveló qué es aquello que una planta requiere para nacer.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2009. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2011. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.