Como el aguamala que flota en la superficie de los mares templados, y al ligero contacto con nuestra piel produce un ardor que nos quema cada vez más fuerte, así es la obra de Salvador Olguín, que busca confrontarnos con lo cotidiano o con aquellas cosas que en muchas ocasiones nos parecen carentes de sentido. Algunos de los elementos que conforman el paisaje son producto del trabajo de los seres humanos, los humanos utilizan el lodo que reposa bajo sus asentamientos para crear estructuras huecas, en las cuales habitan y mueren, mezclan agua, tierra, y fuego en calabozos subterráneos, transforman la materia informe en bloques rectangulares con los cuales construyen sus casas. Sus calabozos reciben el nombre de hornos.