Gil Baleares, detective privado en México D.F., es contratado por uno de sus viejos compañeros de la policía para una misión extra oficial: encontrar al hijo de uno de los jueces más influyentes del país, del que lo último que se sabe es que participa en espectáculos de travestismo. En paralelo a la investigación se suceden los asesinatos de personajes relacionados de alguna manera con el desaparecido. Y todas las víctimas son halladas con la misma marca sobre el cuerpo: restos de carmín negro. Gil Baleares acepta el caso únicamente, y a pesar de su rechazo inicial a todo lo que tenga que ver con su antigua profesión, porque se ofrecen a ayudarle a resolver el secuestro de su padre. Este, el Perro Baleares, es un viejo ex policía corrupto y salvaje del que nadie tiene noticias y al que su hijo se niega a dar por muerto.