Entre ganar y perder se vive una búsqueda desesperada, divertida, hedonista; se colman los sentidos y se vuelcan los sentimientos. Los amantes, Él y Ella, habitaban siempre un mundo frágil, que con frecuencia se resquebraja. Disfrutan, sueñan, temen, ríen y se reinventan. Pero en cuanto los sueños encuentran su tamaño, la vida les trae la cuenta.
Si los amores prohibidos son tan dolorosos, tan difíciles, si hacen tanto daño, si no son aprobados por las reglas sociales, si atentan contra cualquier razonamiento y mil etcéteras, ¿por qué, entonces, son tan comunes, tan deseables, tan de todos los días? Algo, quizás el instinto, nos empuja a buscar emociones continuas, huyendo del paso lento de la vida cotidiana.
Más que lectores, este libro exige confidentes, partidarios, adictos y secuaces.