“Tan pronto la veo, sé quién es. En cuanto me mira, no puedo evitar sonreírle. ¿Soy yo o es más bonita de lo que la recordaba? Aunque hay una diferencia: ya no sonríe. Su voz es fría y áspera. Su cabello está más desordenado, ya no son caireles que rebotan cuando camina, son rizos sin forma. Eso la hace parecer peligrosa, indomable. Sus ojos, antes brillantes y alegres, ahora tienen una permanente sombra de algo que bien podría ser odio. ¿Hacia quién? No lo sé, tal vez hacia todo lo que la rodea. ¿Hacia mí? Probablemente.” -Ethan Keith.
Amber es un ángel de alas negras, de esos a los que nadie quiere cerca y ninguna persona tolera. Ni en la escuela ni en su casa se siente en paz. Ethan es un cazador, está de regreso en el pueblo que lo vio nacer. Por fin vuelve a ver al amor de su infancia, pero se encuentra confundido pues la hermosa niña de caireles perfectos y ojos brillantes y alegres, se ha convertido en una joven llena de amargura en su mirada y con el cabello convertido en una masa salvaje. Sin embargo él sigue sintiendo algo por ella, algo tan fuerte que no lo puede entender, y que a ella parece no importarle demasiado. Los cazadores necesitan al Ángel Mortal, pues es la clave de todo lo que hacen, pero si algo saliera mal, el balance del universo podría perderse y el mundo jamás sería el mismo.