En Infecciosa, hay acertijos que aguardan a quien sea capaz de convocarlos. Antes de emprender un largo viaje, un hombre pasa las últimas horas en su ciudad y vive una experiencia decisiva. A partir de ésta, su viaje se convertirá en una serie de actos insólitos que otros encarnan.
La novela desafía lo convencional y asume los prodigios nómadas como su plataforma privilegiada: personas anónimas que se interconectan entre sí mediante resonancias sutiles en diversos planos y ciudades del mundo: México, Génova, Torino, Frankfurt, Oviedo. Uno conduce al otro y viceversa mediante un torbellino expansivo que une lo visible y lo invisible, lo interior y lo exterior, lo fijo y lo mutante, el orden y el caos, el arte y la locura, y apunta al desdoblamiento de la realidad, el viaje, el sueño, la fantasía, el espectro, el umbral. Y el contagio. En este movimiento perpetuo del lenguaje siempre queda un punto de vista ajeno que contempla y sanciona, desde su radical diferencia, en un allá que está también aquí: dentro de lo acontecido. El premio de la conjetura en busca de un poseedor idóneo.
Sergio González Rodríguez, autor de La pandilla cósmica, Huesos en el desierto, El vuelo, entrega ahora una novela fuera de lo común, y no sólo por su sorprendente desenlace, para lectores de singular perspicacia.