¿Cuáles eran las ideas religiosas de Octavio Paz? ¿Se puede hablar de un pensamiento y una experiencia de lo sagrado en su persona y en su obra? ¿Se podría hablar de una experiencia mística en sus escritos? ¿Podría decirse que la obra de Octavio Paz no sólo forma parte de la historia de las letras y de la poesía, sino de la historia del pensamiento en lengua española y, específicamente, que en su trabajo se construye una antropología filosófica desde la orilla de lo sagrado y de la trascendencia? ¿Puede considerarse a Paz no sólo un poeta sino un maestro dueño de ciertas claves que es capaz de transmitir con vistas a la realización de una obra? ¿Las ideas y creencias de Paz tienen algo que ver con las enseñanzas del budismo y de la filosofía taoísta? ¿Hasta qué punto la escritura poética y crítica de Octavio Paz resultan una guía adecuada para cruzar la muralla china y comprender la filosofía asiática de la India, China y Japón? Este haz de preguntas alusivas a la vocación crítica y poética de Octavio Paz afloran de manera natural y casi se diría inexorable a lo largo de la lectura del ensayo del crítico francés Paul-Henri Giraud sobre lo sagrado en la obra de Octavio Paz. La religión de la poesía, la poesía considerada como una misión y una vocación religiosa, como una revelación incesantemente renovada es uno de los móviles y leit-motivos de las partituras que gobiernan la búsqueda de Octavio Paz y que hacen que la indagación en lo sagrado y en lo santo se den en su firmamento como operaciones paralelas a la indagación de y en el amor. Adolfo Castañón