Ofrecemos a los lectores una primicia absoluta: la publicación de la última novela escrita por Severino Salazar. Al morir, en 2005, había concluido la última revisión del texto. Es la obra de un narrador maduro, diestro en sus recursos e inmerso en su mundo de ficción.
La fundación es un milagro que, como la arena del desierto —otra de sus novelas se llama Desiertos intactos— es la sombra de un fantasma.
En todo el libro está presente el momento en que el hombre se detiene ante el abismo de la muerte; el milagro salva, y funda en su condición milagrosa, el tiempo del hombre.
Estamos frente a una narrativa que no hace concesiones. Ni a la moda ni a las exigencias del mercado, pero gracias a ello a lo largo de veinte años, entre la publicación de Donde deben estar las catedrales y su muerte en 2005, publicó más de diez libros en una obra que no tiene desperdicio.