El señor Pug supo que sería un día malo desde que despertó, y lo confirmó cuando su hada lo dejó solo en casa para ir a un concurso de belleza. Pronto se aburre y se pone a tejer con el estambre mágico y las agujas que apareció el hada antes de irse. Se hace un par de calcetines, un gorrito, una bufanda; le pone una cubierta a la silla, a su taza, a los muebles del jardín... Hay tanto estambre de colores que incluso le alcanza para cubrir su casa... Lo que no se imagina es que pronto lloverá...
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2015. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.