Rayuela (1963) de Julio Cortázar fue inmensamente célebre en su aparición en cuanto se la consideró parte sustancia del así llamado boom de la literatura latinoamericana. Al correr del tiempo, la mirada sobre este libro se ha diversificado. La crítica que menos se deja seducir por la modernidad y sus espejismos la sigue considerando un hito: resulta innegable que en la literatura hispanoamericana existe un antes y un después de Rayuela.
La otra crítica se ve obligada a decretar la "caducidad" de Rayuela a partir de la idea de que la literatura es una carrera de relevos en la que unos libros "superan" a otros. Esta crítica llega a redefinir a Rayuela como "obstáculo para la vanguardia", en el sentido de que cualquier novela que intente lo permutante será llamada"copia" de Rayuela. Tal postura implica otra gran superstición: la de que basta romper las formas narrativas tradicionales para escribir un libro-hito como el de Cortázar -que es, en efecto, muchas cosas a la vez: desde un manifiesto hasta una antinovela.
Estudiar y jugar Rayuela ha sido para innumerables lectores una experiencia ya no sólo literaria sino vivencial. Este Cuaderno de lectura de Daniel González Dueñas es una invitación a redescubrir las dos propuestas fundamentales de Rayuela: la escritura considerada como un modo de insobornable cuestionamiento del mundo y la lectura asumida como un acto igualmente creativo de inagación.