Los pasos finales es una novela que tiene como protagonista a la memoria: desde la voz del abuelo se reconstruye toda una época; y a la vez se ofrece la retrospectiva de la formación de un carácter, que es la clave del destino. La infancia huérfana, la pobreza superada y el alboroto político son algunos de los hitos que suscita este recordar. Los amores y los años estudiantiles, el conjunto de las decisiones, aquellos puntos de quiebre donde la vida hacía guiños en direcciones contrarias, todo eso se somete al escrutinio del narrador. El que recuerda reconoce la mirada del futuro que se acerca con mayores vértigos. Su conciencia y su vida son la nuestra cuando dice la sentencia final: “Me iré antes que tú y no olvides que no quiero cremación, deja que los gusanos den buena cuenta de mi fiambre, que broten verdolagas de mi vientre”.