En el siglo III de nuestra era vivió un gran hombre llamado Vatsiaiana en el territorio que hoy conocemos como la India. Esta mente visionaria, repleta de una energía vital cósmica, se propuso investigar los alcances, posibilidades y límites —si es que los hay— de la sexualidad humana. Durante siglos y siglos hombres y mujeres de todas las edades han sucumbido ante el ardor de este mítico volumen hoy conocido como el Kama Sutra. Casi dos mil an~os tuvieron que transcurrir para que la tierra viera nacer de nuevo a un hombre de semejante prodigio erótico. Los planetas han alineado la misma geometría interestelar para derramar su semilla divina sobre los talentos de un artista. Quisieron los dioses que el elegido se encontrara en nuestro país y que fuera —entre todas las Bellas Artes— monero de profesión. José Ignacio Solórzano, conocido en los círculos del tantra avanzado como «La luna llena que no descansa», y en el universo moneril como Jis, ha parido un nuevo almanaque místico-sexual, llamado Sexo, que habrá de iluminar con potencia ilimitada a los hombres y con estertores multiorgásmicos a las mujeres que se atrevan a exponerse a la sabiduría oracular de este preciado volumen.
Debemos advertir a nuestros lectores y lectoras que el fuego libidinoso de estas páginas habrá de transformar —y quizá consumir— su existencia para siempre. No hay salvavidas en turno, nade en este mar de efluvios sexuales bajo su propio riesgo.