Personajes que en breves pinceladas pintan el cuadro de una vida, situaciones íntimas, confesiones, dolores, alegrías y orgullos mal habidos. Nueve relatos con un ritmo implacable y un lenguaje que nos hace respirar el olor del cuerpo de sus personajes. Como visitantes invisibles somos invitados al espacio reducido de momentos “banales” en primera instancia, pero que son la confirmación de eso a lo que se refería Paul Valéry cuando afirmaba que “lo más profundo en el hombre es la piel”. El vacío es de lo que estamos llenos en esta existencia de sombras y no hay una sola de esas infinitas circunstancias a las que llamamos vidas, que no se resuma finalmente a un instante de recuerdos y sensaciones.