Por su afán siempre renovador, José Juan Tablada (México 1871-Nueva York 1945) ocupa un lugar prominente en la historia de la poesía latinoamericana. Espíritu inquieto, también fue pintor amateur, crítico de arte, teósofo, orientalista y coleccionista. Escandalizó a la sociedad con su poema decadentista " Misa negra", introdujo el haikú al español con sus libros Un día... y El jarro de flores, y practicó la poesía visual en Li-Po y otros poemas (1920), volumen cuyos antecedentes se suelen reducir a los calligrammes de Apollinaire, cuando en realidad combinan muchos otros recursos, que van de la sonoridad modernista a la asimilación de técnicas cubistas y futuristas. Se olvida la intensa relación de Tablada con las artes plásticas y sus conocimientos de cultura oriental y que, entre otras cosas, asistió en París a la exposición Les peintres futuristes ¡taliens (1912). A casi cien años de su aparición, esta es la primera vez que Li-Po y otros poemas se publica íntegro, con su disposición y tamaño originales, y con las pantallas de color que confieren a los poemas "Huella" y "Como un campanario..." una particular delicadeza.