Cuentos light para niños despechados de Roberto Reyes nos conduce por cinco lugares donde la inteligencia y la gran capacidad de observación del autor, nos permiten ver la realidad desde diversos ángulos. Estos ángulos literarios, estaciones en cierta forma climáticas, arrancan con un apartado denominado “De Mujeres y otros placeres”: historias sobradamente deliciosas. Dicho arranque comprueba, una vez más, que el placer suele llegar dulcemente y en otros casos con una amargura total. Luego aparecen los “Cuentos cuasi históricos”, donde la Biblia es una fuente primaria para humanizar a los grandes personajes y a otros que no lo son tanto. Al centro del libro aparecen unos “Cuentos terrenales y celestiales”, donde el humor y las lecturas bien asimiladas nos obligan a leerlos varias veces. Luego, en un país donde un Estado como el nuestro patrocina y emplea a políticos de toda calaña, no podía faltar una estancia dedicada a tal oficio: “Cuentos sobre el arte de la polilla”. El libro cierra con algo que Roberto Reyes conoce muy bien: “Cuentos de poetas y otros entuertos”, donde figuran escritores, pintores y otros artistas demasiados cuerdos para nuestra época. Cada uno de estos apartados está señalado con un grabado del artista plástico Francisco Quintanar. Seguro que van a leerlos más una vez.