Como sucede con todas las ciudades de nuestro país, Saltillo fue fundada al calor de historias singulares, llenas de anécdotas y de personajes casi míticos. Para el escritor y editor Jesús de León, su ciudad tiene las particularidades suficientes como para ser narradas en un libro que posee el sabor del norte, y que va desde su fundador, Albero de Canto, que sufría de problemas de imagen, hasta las dos constituciones de Miguel Ramos Arizpe, Vito Alessio Robles, Rosita Alvirez y su corrido, los famosos hermanos Soler, de la época de oro del cine nacional, Julio Torri o el poeta atormentado Manuel Acuña, por nombrar solo algunos de los más notables.