Este poemario nos sitúa en una mujer común y al mismo tiempo compleja: una mujer que parece ser muchas mujeres: la niña Erika, Erika adulta, Erika esposa, Erika profesional y Erika hija.
Inumerables las imágenes y los lugares que se manifiestan en los 4 cantos, donde revindica libremente su condición de fémina: Somo hermosas, madre, somos estrellas del mar de ciudad Madero, somo flores de un jardín edénico.
Said, Poseedora de una colosal sensibilidad, extrema a la fatalidad, al destino, dice en unos de sus poemas: Tu eternidad pudo haber avanzado a otro rumbo. En otro verso dice Mi vida es como una noche de insomnio / esta noche / hace unas horas me dispuse a dormir como cuando estaba lista para la felicidad
En el recorrido de la obra, parece ser que la autora no ve la luz y tan ágilmente manifiesta: Se nos extingue la oscuridad / se consumen las botellas la coherencia se consume el ruido un continuo de urracas sacudiéndose / coreando la voz de Jim Morrison / ese hijo-de-puta sexy que jamás se hará viejo
El universo se sucede en iPoems, pero de la manera en que su autora lo observa, digitalmente musical, e incluye en los epígrafes a Molotov, a José José y a otros tantos. Sin olvidar, por supuesto que la era virtual le exige de un modo natural, decir: Ciber contrapongo realidades / y cibre bailo / escucho ciber música / voya a ciber fiestas / Tengo ciber amigos / ciber mascota / ciberamente.
Romina Cazón