Esta obra traducida del francés al español y publicada por primera vez en nuestra lengua obra ocupa ya un sitio de honor dentro de la inmensa bibliografía dedicada a Marcel Proust y constituye una referencia obligada para todos sus estudiosos y los amantes de la Literatura y los de la Psicología y la Psiquiatría, y por supuesto, en primerísimo lugar, la de todos los proustólogos, los proustómanos y los proustólatras. “Un libro es el producto de otro Yo”; la frase bien conocida de Proust es contemplada en esta obra como un índice de la transposición literaria de algunas de las investigaciones científicas llevadas a cabo en el último cuarto del siglo XIX. Edward Bizub expone cómo las experiencias mayores de la novela proustiana son el eco de los trabajos de la psicología experimental (los de Pierre Janet y Alfred Binet entre otros). La ficción repercute y trasviste ciertas de esas observaciones para intentar comprender los mecanismos del inconsciente pre freudiano. Los cuatro casos de sonambulismo analizados en la primera parte, y que constituyen el vivero de las preguntas sobre el tema, aportan una aclaración inédita sobre los temas de “En busca del Tiempo perdido”, revelando la existencia de otro Yo. El examen de la cura “psicoterápica” seguida por Proust en la clínica de Paul Sollier (de 1905 a 1906) constituye el segundo polo de esta encuesta y permite aclarar bajo una nueva luz el papel otorgado a la memoria involuntaria. “Marcel Proust y el Yo dividido” descubre la elaboración original de una nueva estética basada en la “división de la conciencia”.