Pasé los primeros años de mi vida en un rancho: San Antonio. Cuando sopla el viento, recuerdo sus casas bajas, el olor de humo, el canto de las aves, el paso de los labradores al atardecer; pero sobre todo evoco a Ponciano. Así llamábamos al eucalipto sembrado muy cerca de la casa que mi padre construyó para nosotros. Una historia entrañable de familia, de recuerdos y de infancia que huele a campo, a juegos y a todo lo que se ama cuando uno es niño.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2006. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.