Las voces que se escuchan a través de las páginas de este libro son auténticas. Durante once años Christina Pacheco las recogió en camerinos, gimnasios, cafés, pasillos, arenas, foros, salas de grabación, en el día y la hora del encuentro, en foro donde brillaron el talento, la belleza, la gracia—pero también la disciplina y el rigor —de quienes ante le publico y bajo las candilejas se transforman en estrellas, en ídolos.
Aislados, los capítulos de este libro son testimonios invaluables para conocer las circunstacias—muchas veces adversas y desgastantes—que rodean al talento. Leídos en conjunto pueden ser parlamentos de una obra teatral donde dialogan la vedette y el atleta, el compositor y la actriz, el músico y la bailarina, el empresario y la comparsa... El fondo musical es de una sola nota: la excelencia. El escenario es el más complejo y apasionenate: la ciudad de México.
Algunos de los hombres y mujeres a quienes Cristina Pacheco entrevistó se han apartado de la vida públia o se han muerto; otros simplemente se desvanecieron, lo mismo que ciertos lugares de esta ciudad. Sin embargo todos ellos viven apasionadamente en el corazón y la imaginación de todos aquellos que alguna vez compartieron sus tristezas, ilusiones, desencantos, emociones con cada uno de ellos. El propósito de la autora al reunirlos en un sólo volumen fue integrar una especie de mural acerca de la vida nocturna de México; pero también, ponerle rostro al recuerdo, revivir las noches del Wai Kiki y del Tíviri Tavara, del teatro blanquita y de sus estrellas: Toña la Negra, Irma Serrano, Pérez Prado, Tongolele, Ninón Sevilla, Olga Breeskin, Celia Cruz, Lyn May, María Vicoria, entre otras tantas figuras que fueron y seguiran siendo los auténticos dueños de la noche.
