Zona de desastre: las palabras que enmarcarn tantos lugares de la capital definen hoy la situación del país entero. El terremoto del 19 de septiembre de 1985 marcó el auténtico, verdadero comienzo de nuestro fin de siglo e inició la agonía del México que conocemos. Todo lo que tratamos de ocultar tras una fachada de prosperidad y optimismo quedó ante nuestros ojos cuando el catacismo derribó las paredes y nos reveló el México real en medio de la destrucción y de la muerte. Pero también, frente a la catástrofe, el periodismo mexicano alcanzó el mayor momento de su historia. Lo comprueban, entre muchos otros testimonios, estas crónicas, relatos, reportajes y entrevistas que fueron surgiendo al paso de los días para "recoger la voz de quienes más sufrieron con el desastre y siguen padeciendo sus consecuencias".
Zona de desastre es algo más que un intento solidario de "acercarse al pueblo". Surge desde adentro del pueblo mismo y describe un sector de la tragedia inabarcable. Parte de un mundo herido; caótico y deshecho queda así en la memoria colectiva y se graba en un material mas resistente que la piedra: las palabras.
A parir de los trágicos sucesos, las costureras que se encuentran entre las principales víctimas se organizaron en el cambativo Sindicato 19 de Septiembre. Como muestra de solidaridad, varios aristas plásticos diseñaron muñecas que el Sindicato realizó y puso a la venta (pueden adquirirse en Medellín 33, col. Roma, 533-64-75 y 533-64-76). EDICIONES OCÉANO ha querido unirse a estas muestras de solidaridad civil e ilustrar con estos trabajos la cubierta de Zona de desastre. La muñeca central de la portada es diseño propio de las costureras.