El fin del siglo mexicano anuncia el agotamiento de las certezas que han regido la hstoria contemporánea del país. Con el siglo de los cambios duraderos, México empieza a borrar sus huellas rurales y centralizandoras bajo el vértigo de la realidad económica mundial para convertirse en una nación plenamente moderna, de gravitaciones urbanas. El umbral de esos cambios ha sido la crisis de los últimos años, que ha olpeado a toda una generación y ha vuelto más profunda la desigualdad en el reparto de la riqueza. Contra la creencia fatalista de que vivimos en medio de un caos inexplicable y sin salidas, Héctor Aguilar Camín traza el rumbo de la claridad histórica y apunta las líneas de interpretación de un presente que lleva el germen de un porvenir menos incierto. Después del milagro refleja los azoros y las esperanzas del segmento temporal donde "ayerpasó y mañana no ha llegado", y registra también una lectura de las tradiciones, incercias y potencialidades de las instituciones, del Estado y la sociedad, el impertavo de rebasar elpresidencialismo absolutista hacia un presidencialismo constitucional, el nuevo pacto entre las fuerzas del capital y el trabajo, la fortuna de un aliento plural que subyace en las inquietudes de lo que podría denominarse el "nuevo pueblo", el paisaje de la naciente polis democrática con sus pendencias relativas y la actualidad de fenómenos insólitos como el fervor civil ante las elecciones. Después del milagro es un espejo límpido de nuestras desazones y nustros sueños colectivos.