Enciclopedia de la Literatura en México

Cantos treinta de otoño

Canto IV

Han llegado las lluvias al balcón

y no hay nada qué hacer sino empaparse.

El colibrí se refugia bajo el techo de madera

y las altas plantas se balancean al viento.

Son las lluvias que anuncian el otoño

gotas en el cristal, hileras en descenso.

No tengo gran cosa qué hacer

aún no ha terminado tu pereginaje

y yo espero como quienes siempre esperan.

Quienes siempre esperan empequeñecen

tras de una puerta que no se abre

una cerradura inútil y un candado oxidado.

He pasado la mitad de la vida imaginando

tus pasos y desviviendo en tu ausencia.

En eso me parezco a la mujer del marinero

sin cortinas en la casa que me impidan

ver el horizonte colmado a tu llegada.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2005. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.