Otaola ha descrito en su novela la ruptura que afecta al ser humano con el paso incontenible de los años. Novela que anuncia un viaje para hacer “recuento” de otro, anterior, distante, irrecuperable. Otaola va a la búsqueda de ímpetus perdidos, de peripecias picarescas fijadas al pasado. Recurre a recuerdos precisos que “exprime” hasta lo último: todo el ambiente, la atmósfera, la voluntad y estado de ánimo de aquellos momentos. En la superficie es tan sólo una llegada a Veracruz de España tras la guerra del '36, una estancia más o menos prolongada y su traslado a México. Sin embargo, por debajo fluyen sentimientos, convicciones, afinidades literarias, reflexiones, conciencia de una nacionalidad en el exilio. Viaje que se propone en recuperación de lo perdido, de lo limado y casi extinguido por el tiempo.