Protagonizados por personajes que escapan de la normalidad para caer en alguno de los abismos de la existencia, los relatos de No verás el alba sorprenden a sus lectores al transitar de lo sutil a lo brutal a veces con un simple giro del lenguaje, con un cambio de escena o con el vértigo de las últimas líneas pocos momentos antes del punto final. Y no podía ser de otro modo, cuando la mayoría de las historias que integran este volumen exploran los misterios de la creación y del arte: desde la tragedia de la aspirante a actriz que se despeña hacia lo abyecto con tal de ver cumplidos sus sueños de fama y reconocimiento, hasta las obsesiones del pintor que persigue la obra maestra con el fin de redimir un oscuro acto del pasado; desde el niño que aterroriza a sus padres al mostrar un talento imposible para el dibujo, hasta el joven barítono que alcanza la gloria de un modo misterioso, diabólico, el autor asedia sin descanso, página tras página, los mecanismos cultos que convierten a humanos ordinarios en seres de escepción, aunque condenados a la caída, encontrando las claves en aquellos sucesos cotidianos que casi siempre pasan desapercibidos, pero que quedan latentes en la memoria para detonar en cualquier instante.
Con un lenguaje preciso, una temática cosmopolita y arraigada en varias tradiciones literarias, además de una serie de estrategias narrativas que delatan su conocimiento del oficio, Juan Romano nos presenta un conjunto de relatos bien acabados, inquietantes, cuya principal virtud es la de modificar nuestras visión del mundo y de los hombres, la de sacudir nuestras ideas y nuestra percepción de la realidad.
Eduardo Antonio Parra
