En el monte hay una gran fiesta porque el quetzal, de cauda metálica, revolotea; poeque enntre las bromelias y los ramos de niebla que cuelgan, su pecho rojo deslumbran como fruto maduro. En el monte hay una gran fiesta porque en las alturas, entre la niebla y la penumbra, se escuchan su leve martilleo y su vuelo fugaz; porque hembra y macho forjaron en el tronco su nido y ahora empollan dos huevos en el tronco elegido. En el monte hay una gran fiesta porque el quetzal alza el vuelo, en la niebla se pierde, pero en nuestros ojos se queda su cauda verde.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2011. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.