La voz de un hombre interfiere el destino de una mujer sui géneris: Guinea. Ella ama el té, pero no sólo lo bebe, sino que lo huele apasionadamente. A ojos cerrados puede traducir el aroma del cardamomo y jengibre del Chai negro, o la bergamota del Earl Gray, pero lo que realmente la enloquece es el aliento y fuerza de las hojas de Rooibos, provenientes de Sudáfrica que, por su fuerza y olor, se parecen e incluso superan al placer del sexo. Tee es una metáfora de los amores imposibles, explora los celos y la búsqueda de libertad. Fue elegida por unanimidad por Álvaro Enrigue, Fabrizio Mejía Madrid y Mauricio Montiel, jurado del Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 2006, por poseer una voz narrativa original y propia, que responde a los requerimientos de la historia que relata...