Resulta pertinente traer a cuenta las palabras de Óscar Palacios al respecto de la presente compilación: “El fuego es uno de los elementos que subyuga al ser humano. Quizás porque nos da calor pero al mismo tiempo puede quemarnos. Y es que el fuego también es símbolo de cambio, de purificación, de sacrificio. Fuego es el infierno por todos tan temido, pero es también la pasión del amor. De esas crepitantes llamas Uberto Santos nos entrega su Cantar del fuego, convirtiéndose en el Prometeo poeta que nos llena el espíritu con la llama sagrada de su ardiente poesía… Uberto Santos construye —y se construye— en esta antología que resume su intenso quehacer poético. Quizá por eso sus poesías nos llevan a la suma de los cuatro elementos: es raíz abrazada a la tierra, es la música del viento, ahora suave, ahora tempestuoso, es el agua juguetona de un riachuelo o el estruendo de una cascada. Es el poeta-tierra —duro mineral— que le canta al fuego. Quizá por eso dejó la frialdad de la ciudad para volver al origen, ser el origen”, concluye, no sin razón, el escritor originario de Yajalón