Esteban se topa con una vaca moribunda sobre la carretera y también con su coche destrozado. Se acerca al animal y encuentra la misma mirada que la noche anterior vio en los ojos de su padre. Un hilacho de sangre zigzaguea entre la gravilla del pavimento y se aleja. En ese momento se desdoblan las voces y escuchamos a sus tías, a su padre y al narrador contándonos su vida, hasta que Esteban toma la palabra y todo lo demás se apaga poco a poco.
En Bloody Mary se representa la lucha de siempre contra el destino y es la historia de un hijo que reniega de su padre, en este caso un personaje inescrupuloso, excéntrico, egoísta y orgulloso al que, mientras más lejos le queda la juventud, pierde el pundonor y se sumerge en cierta melancolía, al tiempo que su hijo, de manera perturbadora, le recuerda que sus mejores años han quedado atrás.
Con esta primera novela, Luis Muñoz Oliveira se revela como un escritor que habrá que seguir.