Los trabajos que forman parte de Dramaturgia española y novohispana (siglos XVI-XVII) constituyen sólo una pequeña muestra de las múltiples posibilidades de estudio que ofrece el teatro de esos siglos, pero significativa quizá por dos razones. En primer lugar, se comentan obras que dan idea, si no de todas, sí de algunas de las formas teatrales más exitosas que se cultivaron y que tenían exigencias particulares de composición. Y, en segundo lugar, se llevan a cabo acercamientos que señalan aspectos diferentes de creaciones dramáticas del periodo y que de algún modo previenen sobre la aplicación de fórmulas generalizadoras para comprender la compleja realización concreta, en la que cristalizan, por un instante, multitud de elementos; junto a los supuestos teóricos globales sin los cuales sería imposible la labor del crítico, se evidencia la especificidad del texto.