La llamada Empresa americana dio lugar no sólo a una controversia famosa, la de Valladolid entre 1550 y 1552 – considerada por el autor del libro que presentamos como de la « Duda Indiana » – sino a una amplia producción escrita a lo largo de los siglos XVI y XVII. La particularidad de esta producción es su adscripción al marco teológico-jurídico que justifica la presencia europea en América.
Considerando la importancia de la cuestión de la legitimidad moral y ética de la Conquista y colonización de los territorios de América, en torno a la práctica cotidiana de la justicia en los territorios ultamarinos, el trabajo de Alberto Pérez-Amador Adam representa una imprescindible referencia actualizada para entender lo que está en juego en cada petición elevada a las audiencias y tribunales americanos.
En este trabajo, resultado de la tesis de habilitación defendida en la Universidad Humbolt de Berlín, el autor proporciona una serie de interpretaciones valiosas y nuevas de las fuentes literarias sobre la legitimidad de la doctrina traslatio imperii, discutida entre otros por Francisco de Vitora, Bartolomé de Las Casas, Juan Gines de Sepúlveda. La Corona de Castilla fue obligada por los religiosos y teólogos a cuestionar la legitimidad de su actuación no sólo con los autóctonos y sus señoríos sino como presencia política, económica y social en los territorios. La Bula Alejandrina aparece entonces como punto de partida de una reflexión que definitivamente singulariza la historia imperialista de España. Siguieron las Leyes de Burgos de 1512 y las Nuevas Leyes de Burgos de 1542. Por lo tanto, el estudio desarollado por Pérez-Amador empieza con los inicios discursivos de la Empresa americana y retraza de manera cronológica lo que llama su « vindicación jurídica » entre 1493 y 1552.
Son sesenta años de una importantísima producción literaria española, impregnada de las teorías renacentistas, cuyos temas refieren a la organización de la administración de justicia y justificación de la misma. No sólo se trata de la justicia como principio de armonía social, sino de la justicia como virtud cardinal que, a partir la Reforma protestante, entra abiertamente en discusión con la virtud teologal de caritas, y dió lugar a un cambio epistemológico importante en el umbral del siglo XVII. Entonces, la posición antimaquiavélica de varios autores españoles, como por ejemplo Francisco de Suárez, Francisco de Quevedo o Baltasar Gracián, sobresale de manera evidente.
Así, el intento de Pérez-Amador de estudiar una forma de intertextualidad entre los discursos producidos a partir de la reflexión sobre la legitimidad de la Conquista y presencia española, permite, por una parte, relacionar la cuestión de la transmisión de la tierra, o propiedad, con la construcción del lazo social entre las dos repúblicas, la de indios y la de españoles, y, por otra parte, confirmar el origen profundamente religioso del pacto social en América. Tal como dice el autor en su introducción : « si bien el discurso imperial del primer período imperialista europeo retomó en gran parte el discurso imperial de Roma, la grande y significativa diferencia entre la política de España y todas las restantes políticas imperiales de la historia fue la constante disputa durante más de doscientos años sobre los derechos de las poblaciones sojuzgadas, la legitimidad de los actos, y, ante todo, el intento de integrar cultural, social y jurídicament aquellos territorios al Reino de España ».
El trabajo de Pérez-Amador se inscribe dentro de lo que llama « rescate filológico » de la literatura latinoamericana virreinal, empezado en la segunda mitad del siglo XX. Gracias al cambio de paradigma entre discurso y literatura, esta densa publicación profundiza el conocimiento de la « estética virreinal », abarcando obras teatrales, poéticas y crónicas. Para concluir, hace falta precisar que el libro contiene más de cien páginas de documentos transcritos. Este trabajo considerable puede ser de mucha utilidad para la interpretación de los documentos juridícos y judiciales que los historiadores de los siglos XVI y XVII en Hispanoamérica trabajamos mayormente a partir de los archivos nacionales.