Un hombre enmascarado deambula por los techos. Un conde salvaguarda el orden. Un detective déspota persigue la gloria. Estos personajes se ven inmiscuidos en una serie de crímenes que han detenido el tiempo en Le Havre, Francia, en 1896; asesinatos que, segundo a segundo, marcan, cual preciso mecanismo de relojería, el compás de un historia en torno al devenir y la muerte. Un hombre enmascarado deambula por los techos. Un conde salvaguarda el orden. Un detective déspota persigue la gloria. Estos personajes se ven inmiscuidos en una serie de crímenes que han detenido el tiempo en Le Havre, Francia, en 1896; asesinatos que, segundo a segundo, marcan, cual preciso mecanismo de relojería, el compás de un historia en torno al devenir y la muerte.