La batalla del 5 de mayo de 1862, la Revolución de Ayutla, la heroica defensa del Acultzingo, la guerra de reforma y la intervención estadounidense, entre otros heroicos episodios militares, tienen en común a un personajes oculto en los oscuros rincones de la historia oficial, a quien este libro busca hacer algo de justicia: Mariano Escobedo. Me resulta entrañable, su apariencia de héroe despistado, general desgarbado y triste, niño crecido; colocado por la Historia en la vorágine de una guerra imperial a la que percibe a través de sus ojos miopes. En general que no lo parece. [...] Me fascina su terquedad en los imposibles durante la segunda racha de guerras de Independencia, y también me sorprende y me angustia la forma como fue atrapado y anulado en el laberinto del poder porfiriano, por más que las leyendas blanca traten de olvidarlo.