Agustín Lascazas es un poeta que busca más la poesía que el poema. ¿Qué significa esto? Que le interesa ante todo el tono continuo en que esa vivencia de la vida, de lo expresivo y del lenguaje como medio se da sobre la página. Su escritura puede ser considerada una continua corriente verbal que no se interrumpe en las características genéricas del poemas sino por causalidad o, incluso, amabilidad con el lector. Esto está ya presente en libros anteriores, en especial en Anochece el mundo, libro que Ediciones Sin Nombre publicó hace unos años, como una búsqueda vital, diario del vivir, voz en off del acontecer que nos recuerda esa necesidad del arte ante la irrupción del sinsentido. El lector es, debe ser, un pez que juega en esa corriente, que se deja llevar por ella o la remonta, encontrando el sentido de su acontecer en su fluir mismo, como el río que va a dar a la mar de Manrique. Como la tinta que va a dar a la página Odoméstico confirma el poder verbal de su autor en la construcción de un cauce tanto como en la constancia del caudal.