Maitines tiene la fe inequívoca de quien vuelve al día a compartir su canto, la voluntad de conquista interior con que el poeta asume su oficio y se adentra en la condición humana; en el caso de Francisco Magaña, rica en búsqueda, vasta en reflexión y suma-mente ligada al espíritu. Su experiencia monacal, desde poemas anteriores a este libro, nos habla de la búsqueda de lo divino y, en este transcurrir, de sus revelaciones e interrogantes, de la conformación del ser. También por sangre y fuego sabe Francisco Magaña de la existencia, de la memoria y su retablo.
En 1999, Francisco Magaña mereció el premio nacional de poesía “Carlos Pellicer”, para obra publicada, por Maitines, libro fundamental en su carrera y de regocijo espiritual para lectores y crítica.