Esta pequeña novela narra la casi increíble historia en la que, ya para finalizar el siglo XVIII, unos leprosos de las costas novohispanas, sus familiares y un cura, se vieron obligados a levantarse en armas para impedir que las autoridades virreinales se llevaran a esos enfermos, literalmente arreando, hasta el más grande de los leprosarios que había entonces en la capital de la Nueva España. Es un relato que describe el sufrimiento atroz, la desesperación y los actos de valor de un grupo anónimo de verdaderos parias de nuestro continente que, sin habérselo imaginado nunca, debieron organizarse para impedir que dichas autoridades humillaran todavía más a las tristes víctimas de tan devastadora enfermedad. He aquí una nueva muestra de cómo la realidad supera muchas veces las más grandes y elaboradas ficciones.