A través de esta bola de cristal, el autor nos presenta diversos escenarios donde los personajes nos cuentan una historia. Así viven los jóvenes amantes casuales y los ya maduros, así el desolado que no encuentra a la mujer al otro lado de la línea y los viejos que logran sobrevivir a los recuerdos.
Parejas que se unen. Se desunen. Parejas que lo son en la memoria. Parejas que no pueden jamás serlo. Inexistentes parejas que todo lo intentaron.
Como en una esfera mágica, es posible observar a los otros. Cebolla de cristal propone formas narrativas variadas y consigue momentos conmovedores en sus anécdotas. En todas las narraciones del volumen aparecen parejas jóvenes y viejas, que actúan o rememoran por voz propia o por el accionar de un narrador que nos dice lo que sabe de sus personajes.
Parejas que con el mapa en la mano creen haber encontrado el tesoro. Parejas que rompen intempestiva, dolorosamente.
Un libro que conversa con los lectores en un lenguaje sencillo que sin embargo está sostenido por estructuras complejas de excelente factura.
En esta su primera incursión narrativa Langagne nos ofrece un libro cálido y ameno con buen conocimiento de las actuales técnicas y con un expresivo lirismo que otorga a sus historias una permanente complicidad con el lector, que a través de esta esfera de cristal será un intruso que paulatinamente se convertirá en personaje.
