“El hombre aquel hombre/se repite arrastrándose”, reitera Ibargoyen en cada uno de los poemas del último capítulo. Poesía que es génesis y destino, premoniciones y esplendores que pueden leerse entre líneas, por medio de las cuales podemos evocar nuestra humanidad. Así presentada, se valora en toda su magnitud. Por algo hasta los historiadores recurren a la poesía cuando no pueden descubrir datos perdidos en algún archivo. Por eso este aedo al referirse a la memoria confirma que: “de este canto que el viejo cantor/y sus cenizas perdidas/no podrán escuchar/porque el verso hecho de nada/se mezcló malamente/con el tiempo pasado que vendrá”.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2009. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.