El día en que a Lope se le ocurre preguntarse «¿cómo habré de terminar mis días?» no tiene idea del futuro que le espera. Tampoco ese académico —un tipo de cuidado—que intenta seducir a la mujer del funcionario Tapia. Y, ¿cómo anticipar el fatal desenlace del experimento del profesor Aldecoa con sus alumnos? Sólo una secretaria logra hacer el recuento para la Historia del patético fin de la Universidad debido a la lucha por el poder entre los grupos académicos que se combatieron con ferocidad. Hasta el presidente de la República es un cretino con suerte, pues ha encontrado en un profesor no sólo al salvador de la Universidad, sino de la Patria misma.
Este universo no es una fantasía, sino la palmaria revelación de nuestra vida cotidiana: el mundo es una madeja de imbecilidad complicada y sumamente divertida.