El general Porfirio Díaz, presidente del país, inauguró con toda solemnidad el Ateneo Mexicano Literario y Artístico, el 18 de mayo de 1902. El recinto que para tal propósito se utilizó fue el de la Cámara de Diputados, en cuyos salones se hizo entrega de los diplomas que acreditaban a los miembros del Ateneo. Como nota curiosa se sabe que ese día no se entregó el diploma a José Porrúa –quien debía haberlo recibido–, suspensión motivada por un discurso que había pronunciado en Puebla, por lo que fue admitido en el grupo hasta el año siguiente.[1]