1995 / 07 sep 2018 14:39
Discípulo y continuador de las empresas culturales de Manuel Toussaint, Justino Fernández (1904-1972) realizó una obra importante para la historia de nuestro arte. Antes de consagrarse al arte moderno, que sería su especialidad, hizo un estudio sobre La danza de los Concheros de San Miguel Allende (1941, en colaboración con Vicente T. Mendoza, quien examinó la música de la danza), y dos extensos trabajos de documentación histórica y artística: Catálogo de construcciones religiosas del Estado de Hidalgo (2 vols., 1940) y otro semejante del estado de Yucatán (2 vols., 1945).
El primer libro importante de Fernández fue José Clemente Orozco. Forma e idea (1942), que afirmó la valoración de la obra del gran muralista con rigurosos análisis.
Posteriormente, Justino Fernández realizó una obra ambiciosa Estética del arte mexicano (1972).
Desde hace ya muchos años –explica su autor– me propuse contribuir a la historia de las ideas en México, por la que había propugnado el maestro José Gaos, con una historia de las ideas estéticas del arte mexicano, historia que considero su estética misma, a la cual he pretendido contribuir con mis propias opiniones y crítica. Resultado de tal propósito es el presente volumen, en el que se reúnen bajo el título general de Estética del arte mexicano cuatro estudios míos que aparecieron en distintas formas y años.
Estos estudios son: Coatlicue. Estética del arte antiguo (1954), que lleva como apéndice un trabajo posterior “Mictlan de Coatlicue” (1966); El retablo de los Reyes. Estética del arte de la Nueva España (1959), y El hombre. Estética del arte moderno y contemporáneo (1962). Además de las reflexiones en torno a las concepciones propiamente estéticas acerca de cada periodo, es muy valiosa la exposición de la historia de las valoraciones que el arte mexicano ha suscitado en sus tres grandes etapas.
El arte del siglo xix en México (1967), en el que refundió su autor varias etapas de estudios iniciados desde 1937, pioneros en su campo, es el único estudio de conjunto con que contamos sobre este periodo.
Además de varias monografías sobre artistas mexicanos y de un buen manual general: Arte mexicano. De sus orígenes a nuestros días (1958), Justino Fernández dedicó un hermoso libro a Miguel Ángel: de su alma (1964), que incluye traducciones de su poesía.
El acento peculiar de los ensayos y estudios de Fernández es la indagación filosófica que aplica a su visión del arte, y el rigor de las descripciones y análisis de las obras que considera, rehuyendo la tendencia a las divagaciones poéticas. Las memorables lecciones filosóficas del maestro José Gaos dejaron en su espíritu una huella que el tiempo fue afinando.
Acerca de Justino Fernández pueden consultarse: Homenaje a Justino Fernández en sus 60 años, México, 1966; Del arte. Homenaje a Justino Fernández, México, unam, Instituto de Investigaciones Estéticas, 1977; y Mariano Monterrosa Prado, Bibliografía sobre arte colonial de Justino Fernández, México, inah, Dirección de Estudios Históricos (Cuaderno de Trabajo, 4), 1978.
Instituciones, distinciones o publicaciones
Premio Nacional de Ciencias, Letras y Artes