Fue miembro del Partido Liberal Constitucional Progresista que apoyó la candidatura de Francisco I. Madero. Fue líder anarcosindicalista en los años 30; fundador de la Casa del Obrero Mundial (com); diputado federal; jefe del Departamento de Turismo de la Secretaría de la Economía Nacional; colaborador en la Secretaría de Educación Pública (sep) y director del Museo Nacional. Se inició en el periodismo con crónicas taurinas para la revista Ratas y Mamarrados; colaboró en El Liberal, El Nacional, El Sol (1914-1915) dirigido por Gonzalo de la Parra; en el diario maderista Nueva Era y, entre 1914 y 1915, dirigió los periódicos Trat Lux; El Monitor y El Norte, ambos, de los obreros y los convencionalistas; asimismo colaboró como reportero y cronista de teatro en El Universal, con la columna de cine “Por las pantallas”.

Rafael Pérez Taylor, activo militante revolucionario, se distinguió como orador parlamentario por sus discursos a favor del movimiento armado y de los asalariados; la Casa del Obrero Mundial apoyó la publicación de El socialismo en México para dar a conocer los ideales del socialismo científico. Escribió teatro sintético donde reflejó en parte sus preocupaciones como idealista revolucionario; sus obras en un acto sobresalen por el lenguaje del habla popular y por las enseñanzas morales cuyos ideales son una nueva raza triunfante y vigorosa, dignificada por el trabajo y el amor y nacida de las mujeres del pueblo. Del hampa incluye las obras “El líder”, cuyo tema son las actividades laborales de los obreros; “La infamia”, que alude a las clases desprotegidas de la época revolucionaria; “Lo que devuelve la ciudad”, donde aborda el problema del desempleo y “¡Mi hijo!”, en el que se escenifica un drama familiar. Fue uno de los primeros en hacer crítica de cine en México, bajo el seudónimo de “Hipólito Seijas”.