Realizó sus estudios en su estado natal. Desde pequeña comenzó a escribir poesía y a los doce años presentó dos comedias infantiles en verso (Orfandad y El plagiario). A los dieciocho publicó su primer cuento en El Nacional. Trabajó como periodista y colaboró, entre 1922 y 1924, en El Universal y El Universal Ilustrado y, entre 1932 y 1941, en Excelsior, con una columna titulada “Digo yo como mujer”. También publicó en Revista de Revistas, Todo, El Demócrata, El Hogar, El Mundo de Tampico, de Tamaulipas; El Porvenir, de Monterrey, Nuevo León, El Siglo, de Torreón, Coahuila y en La Opinión, de Los Ángeles, California. En 1917 participó como actriz en las películas En defensa propia, dirigida por Joaquín Coss, al lado de Mimí Derba y Sara García. Actuó, a lado de su esposo Fernando Soler, en Como todas las madres, para la que escribió el guión y también para Alejandra. Participó en la temporada Pro-Arte Nacional, en 1925, al lado de los hermanos Lozano García y Víctor Manuel Díez Barroso, entre otros, que después integrarían “La Comedia Mexicana”, en 1929. Su novela La inmaculada y sus obras de teatro Esos hombres, La razón de la culpa, Lo que sólo el hombre puede sufrir y Maternidad fueron llevadas al cine. Algunas de sus obras dramáticas llegaron a las cien representaciones. Viajó por varios países de Latinoamérica con la compañía de Virginia Fábregas. Dejó inédito el libreto para ópera, “Cíhuatl”.

Catalina Dulché Escalante fue dramaturga y narradora, periodista y guionista de cine. Publicó dramas como La razón de la culpa, El pecado de las mujeres y ¡Esos hombres!, junto con Los hijos de la otra, Lo que sólo un hombre sabe y La ciénaga, clasificadas como de alta comedia, las cuales muestran principalmente los problemas morales, sentimentales y sociales de la mujer. El divorcio o las relaciones extramaritales en una sociedad basada en las apariencias son temas tratados con humor; al incluir en el reparto uno o dos graciosos se producía un teatro efectivo y efectista que involucra sentimentalmente al espectador. El pecado de las mujeres maneja una tesis femenina al mostrar las infidelidades de una mujer como producto de la conducta torpe del marido. En sus dramas, promovió la emancipación de la mujer y el respeto de sus derechos. Trató temas nacionalistas en su poema escénico Chanito. En su único poemario Él, cultivó el soneto de tema amoroso. La inmaculada, novela realista, narra los infortunios de Consuelo, mujer virtuosa, honrada y con profundas convicciones éticas. La protagonista, de carácter pasivo ante la adversidad, queda en orfandad desde pequeña, padece un matrimonio disfuncional y, finalmente, muere en soledad. Armando de Maria y Campos asevera que el personaje de Consuelo es, como diría Oscar Wilde, la mujer sin importancia, la jovencita insignificante que vivió en soledad un intenso drama dentro de su honestidad.  Apasionadamente se conforma de 27 cuentos que relatan las desdichas de mujeres de diferentes clases sociales, quienes al encontrarse en situaciones de injusticia extrema deciden o asumir su sufrimiento en soledad o combatir activamente la adversidad, incluso hasta optar por el crimen.