08 jun 1993 / 04 jul 2018 08:50
Estudió Medicina, carrera que abandonó por dedicarse al periodismo y a la literatura. Viajó por Francia, Marruecos y Portugal. En Madrid colaboró en Revista de Occidente, Índice, España y La Pluma. Formó parte de las redacciones de Vida Nueva y El Heraldo de Madrid. Con Joaquín Arderius y José Díaz Fernández dirigió el semanario republicano Nueva España. Durante la Segunda República fue miembro del partido Izquierda Republicana, de Manuel Azaña. Fue gobernador civil de la ciudad de Ávila y el estallido de la guerra –en 1936– lo sorprendió como gobernador de las Islas Baleares. Al terminar la contienda civil española se exilió en Francia y posteriormente en México. Se dedicó a la crítica literaria en la revista mexicana Tiempo y en el suplemento “México en la Cultura” de Novedades. En 1960 regresó definitivamente a España, donde continuó con su labor literaria y periodística. Nunca se desligó de México, en donde continuó con sus colaboraciones para la plana editorial de El Heraldo de México y “Revista Mexicana de Cultura”, suplemento dominical de El Nacional.
Antonio Espina García, periodista, se desempeñó activamente en diversos campos de las letras: ensayo, poesía y narrativa. Su poesía, inscrita en el ultraísmo, sustituye la musicalidad del verso por una búsqueda formal, rica en metáforas y paradojas. En los poemas de Umbrales, impregnados de una personal cosmovisión, con una fuerte carga de ironía, busca trascender estéticamente los rasgos simbolistas y los estereotipos del Modernismo. Signario, su segundo libro de poesía, se ubica en la experimentación vanguardista, expresando, con un humorismo sarcástico, una visión nihilista de la realidad. La obra en prosa de Espina se caracteriza por un estilo barroco y audaz, en el que confluye lo lírico con lo humorista. La primera de sus dos novelas, Pájaro pinto, es de corte vanguardista; la intención moral explícita cede terreno a su riqueza expresiva. En su segunda novela, Luna de copas, crea una prosa culta e incisiva, mediante metáforas y juegos verbales ingeniosos. Abordó temas populares como su conocida biografía Luis Candelas, el bandido de Madrid, sobre la vida del célebre bandolero “romántico” del siglo xix. Pertenecen a su obra ensayística los libros El cuarto poder, Las tertulias de Madrid y La elocuencia, entre otras. En ellos trata de situar al hombre del siglo xix en tres escenarios principales: la prensa como un cuarto poder, generador de corrientes de opinión; el café, las tertulias, espacios donde se crean ideas y, finalmente, el púlpito, la tribuna, desde donde el intelectual se convierte en autoridad para transmitir su línea de pensamiento.
Instituciones, distinciones o publicaciones
El Nacional