Ingresó al Partido Comunista Mexicano en la década de los veintes y fue secretario general del mismo, en 1929. Dirigió la huelga de ferroviarios de 1926 y 1927; en ese último año fue recluido en la prisión militar de Santiago Tlatelolco, de la Ciudad de México. El Partido Unitario Ferrocarrilero lo eligió diputado federal por Orizaba, en 1928; tres años después, presentó su candidatura para gobernador de Veracruz, y en 1934 para presidente de la República. Fue expulsado del Partido Comunista en 1939 y fue uno de los fundadores del gremio Acción Socialista Unificada, en 1940, y del Partido Obrero–Campesino Mexicano, en 1951. Como periodista dirigió el semanario El Machete (1930–1934) y colaboró en "Revista Mexicana de Cultura", El Diario del Sureste y en las revistas Antena (1924) y Ariel.

Hernán Laborde, ensayista, político y poeta, en esta última vertiente tuvo dos épocas, la de 1922, con Tabernarias, donde recuerda las formas satánicas de Baudelaire, y la de 1954, con Estrella de oriente y Madre del hombre, poemarios que expresan sus preocupaciones revolucionarias como la lucha y la problemática social y política de la época, la explotación y el desamparo infantil, utilizando el metro corto, la rima y el soneto. Sus ensayos denuncian las condiciones de sojuzgamiento en las que viven los trabajadores y los abusos de los recursos naturales y financieros de los que son objeto los países pobres. Muchos de sus artículos, permeados por el pensamiento marxista–leninista, apoyaron al gobierno del general Lázaro Cárdenas.