Obtuvo el título de Ingeniero–Arquitecto en el Instituto Politécnico Nacional (ipn), ejerciendo su profesión en la construcción de instalaciones deportivas y recreativas durante veinte años. Se dedicó a la investigación del juego y el deporte en las culturas prehispánicas. Su interés por la cultura popular se expresa en su primer libro, publicado por primera vez en 1960, Picardía mexicana, con más de cien ediciones y cuatro millones de ejemplares vendidos, en el que recopiló todo un corpus de dichos y expresiones populares: expresiones soeces, albures y calambures del habla en México, que más tarde integró en su obra. Colaboró en diarios y revistas citadinas, como en Ovaciones 2a. edición, en Reforma con su columna "Guía de pecadores y descarriados", en Revista de Revistas, y en el Boletín Bibliográfico de Hacienda. En 1983 se inició como cronista. Dictó su discurso, "Cronistas e historiadores" para su ingreso en la Asociación de Cronistas del Estado de Chiapas.
Armando Jiménez Farías, conocido como "El Gallito Inglés", cronista y ensayista, contribuyó con sus estudios y antologías a recuperar una parte fundamental del uso del español en México: el habla popular, su ingenio y su humor; la reivindicación del albur, y otras variantes lingüísticas como forma de expresión verbal. Recrea la vida nocturna y bohemia del ámbito citadino en sus crónicas, además de señalar la historia de cada uno de los muchos sitios (bares, cabarets, pulquerías, salones de baile y otros de su tipo) para ofrecer una biografía urbana en la que sobresale la creación de atmósferas y descripción de los diversos personajes que integraban la sociedad de la modernidad, apuntando a los escritores, entre ellos, Alfonso Reyes, Jaime Sabines, Rosario Castellanos y Renato Leduc. En Picardía mexicana, incorporó al vocabulario palabras soeces y albures que por mucho tiempo fueron censurados y excluidos de la norma oficial. De su interés por este aspecto olvidado de la cultura surge la antología Cancionero mexicano, donde reunió cerca de cuatro mil composiciones del género popular, como las que interpretaba su primo, el cantante José Alfredo Jiménez. Algunas de sus obras fueron adaptadas al teatro, al cine, como Picardía mexicana, o grabadas en discos. Su obra es considerada un gran inventario lingüístico y lugareño de la Ciudad de México del siglo xx.