13 dic 2002 / 16 nov 2018 14:25
Radicó en la Ciudad de México de 1996 a 2002 y obtuvo la nacionalidad mexicana en 1999. Proveniente de una familia de maestros y escritores, estudió Letras y Periodismo en la Escuela Nacional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, en su ciudad natal. Realizó su primera entrevista periodística al compositor ruso Igor Stravinsky en 1951. Trabajó como corresponsal en París y en 1955 viajó a Argelia para hacer las crónicas sobre la guerra de guerrillas de los argelinos contra el poder colonial francés. Por su trabajo le tocó estar presente en varios acontecimientos de la historia contemporánea: el movimiento revolucionario que derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, la Guerra de Vietnam, la Revolución Cultural China, el momento en que Alemania se separó y, treinta años después, la caída del Muro de Berlín. Durante el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende en Chile fue agregado cultural en la embajada de Cuba. En 1976 fue director de Información, Prensa y Cultura del Ministerio de Relaciones Exteriores y en los ochenta dirigía el Centro de Estudios del Caribe de la Casa de las Américas de Cuba. Antes de la Revolución Cubana su afición al cine lo llevó a ser cronista cinematográfico del periódico Excelsior, de La Habana y fue jefe de información del noticiero de Canal 12. Una vez instaurado el gobierno revolucionario cubano, Lisandro Otero fue jefe de redacción del periódico Revolución, profesor de la Escuela Nacional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, donde había estudiado, y colaborador en la sección política de la revista Bohemia. En 1963 fue designado director de la revista Cuba. Colaboró en los diarios El País y abc de Madrid; Le Monde Diplomatique, The Washington Post, El Nacional de Caracas, Pravda de Moscú, El Correo de la unesco. Colaboró en Excelsior, de 1982 al 2000 y dirigió el suplemento cultural "Arena" hasta el número 90 del año 2000.
Lisandro Otero, narrador y periodista. Estuvo vinculado estrechamente a los acontecimientos históricos contemporáneos, tanto de Cuba como de otros países latinoamericanos y asiáticos, principalmente. Sus novelas La situación y En ciudad semejante forman parte de la trilogía que el autor se propuso escribir sobre los procesos políticos e históricos de su país. La situación narra el nacimiento de la burguesía cubana; mientras que En ciudad semejante traza los hitos históricos de la revolución hasta su triunfo en 1959, en ésta hace hincapié en la explotación del capital azucarero, la corrupción moral y la penetración norteamericana en los enclaves económicos, políticos y culturales de la isla. En General a caballo hace alusión al mal que ha padecido Latinoamérica: los regímenes militares y sus excesos de poder. Como ensayista escribió varios episodios históricos: en Razón y fuerza de Chile, sobre los aciertos y los aspectos débiles del gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende; en su libro de memorias, Llover sobre mojado. Memorias de un intelectual cubano (1957-1997), reflexiona sobre su tarea literaria, diplomática y periodística para el gobierno de Fidel Castro y otras tareas importantes realizadas durante los años que lleva la Revolución Cubana.