Obtuvo el título de abogado en la Universidad Nacional de México (unm), especializándose en derecho internacional y teoría general del Estado. Asistió al Congreso de Estudiantes que en las fiestas del Centenario de la Independencia exigió la renuncia de Porfirio Díaz; debido a su simpatía con Madero fue encarcelado. Formó parte del Partido Liberal Constitucionalista y posteriormente se adhirió al Plan de Agua Prieta. Fue diputado y senador al Congreso de la República por el estado de Puebla y gobernador interino de su estado, de 1920 a 1921. Ocupó la cartera de oficial mayor de la Secretaría de Hacienda. Fue Secretario de Educación Pública entre diciembre de 1940 y septiembre de 1941 y representante de México en la Organización de las Naciones Unidas, dentro de la viii Conferencia Panamericana; fue embajador en Ecuador, Suiza, Canadá, Uruguay y la Unión Soviética. Su participación en la administración pública declinó cuando apoyó al movimiento henriquista que confrontó a Adolfo Ruiz Cortines durante la elección presidencial de México en 1952. También fue maestro de la Escuela Preparatoria del Estado de Puebla, la Nacional de Maestros y en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), de la Escuela Nacional de Economía y de la de Derecho, siendo director en esta última; también formó parte del Consejo Universitario. Colaboró en Revista de Oriente, Don Quijote, Hoy y Mañana.

Luis Sánchez Pontón cultivó la poesía, en la que evidencia su desarrollada imaginación y ciertos matices cercanos al modernismo dentro de dos vertientes. Utiliza una serie de combinaciones métricas hasta entonces inusuales, pero que se pusieron en boga a finales del siglo xix: versos alejandrinos, octosílabos dobles, endecasílabos combinados con penta, hepta y eneasílabos, versos blancos de distribución estrófica variada. En ellos resalta la sinceridad de una expresión directa que se aproxima al tono y las imágenes de ese ciclo literario. En su literatura aborda lo mismo los tradicionales tópicos del tiempo, el devenir humano y el paisaje de provincia, junto con otros más novedosos, vinculados a la vida moderna e incluso científica, como los elementos cósmicos, o del ámbito urbano, como el tren o el semáforo.